>> Empezamos a surfear con apenas 5 años, gracias a mis padres. Desde ese primer momento que entramos al agua, rápidamente entendimos que era el lugar al cual pertenecíamos. Nuestros padres nos enseñaron a surfear, en aquella época todo era pura diversión, todo el mundo de la playa nos conocíamos, todo era muy “naive” y jamás pensamos que posteriormente nos íbamos a dedicar profesionalmente a competir y surfear por todo el mundo. Desde el primer día que mi padre me empujó en aquella ola, lo único que he querido hacer es estar en el agua el máximo tiempo posible y seguir aprendiendo… El surfing lo ha sido todo en nuestras vidas y a él le estoy inmensamente agradecido. Gracias al surf he conocido muchos países, me ha dado la oportunidad de viajar, conocer culturas y muchos de mis mejores amigos los he conocido en el agua. Con tan solo 16 años, decidí apostar por un proyecto, la creación de la Escuela Cántabra de Surf, un proyecto, que más tarde cambiaría nuestras vidas…